SAHARA, EL PAÍS DE ARENA
Campamentos de refugiados saharauis en su obligado exilio en la hamada del desierto de Argelia. En la cultura de los pueblos nómadas del Sahara, la hamada es el lugar donde el desierto se olvida del mar y de las dunas y se convierte en un erial pedregoso. Es el infierno. Y no es una metáfora de la hamada argelina donde se levantan los campamentos de refugiados en Tinduf: las temperaturas alcanzan los 60 grados en verano. Es un lugar inhóspito y aislado del mundo, donde más de 170.000 personas viven en una crisis de refugiados olvidada, que se remonta, en primera instancia, a los que huyeron de la guerra de finales de 1975. Después de casi medio siglo, hasta tres generaciones de descendientes siguen sin conocer la tierra por la que sus padres y abuelos se encuentran en una lucha continuada.
2002, campo de refugiados saharauis en Tinduf, Argelia.